Donde estabas el 11-S?

Ayer se cumplieron 6 años del mayor atentado terrorista sufrido por el mundo occidental. No voy a entrar en polémicas sobre política, ideas religiosas, fanatismos etc. a pesar de que, como la mayoría de la gente, tengo una opinión definida sobre cada uno de estos temas. Prefiero guardarmelas para mi.

La cuestión es que navegando por internet, encuentras muchas referencias al fatídico día en que cayeron las Torres, el dia en que miles de vidas y millones de ilusiones también cayeron con ellas. Y encuentro un denominador común…. El que más o el que menos, recuerda exactamente que estaba haciendo el día en que se clavaron en nuestras retinas las imagenes de los telediarios en las que se veía una torre humeante mientras un diminuto avión se empotraba contra la otra torre. Diminutas personas cual muñecos de trapo se asomaban a las ventanas superiores al impacto, miraban hacia abajo con total incredulidad y desesperación, y decidían saltar al vacío… En la calle, ejecutivos corrían cubiertos de polvo blanco, con pañuelos humedos en la boca para no ahogarse en medio del pánico, bomberos y policías iban en dirección contraria, hacia las torres, para ver que podían hacer para parar lo que ya era imparable…

Yo también recuerdo lo que hacía ese día cuando enchufé la tele y la voz y la cara de Matias Prats iba cambiando en cuestión de segundos mientras leía el teletipo y miraba las imágenes. Recuerdo como si fuera ahora lo que sentí, y vuelvo a ver las imagenes que aquella tarde me tuvieron clavada en el sofá, frente al televisor, llorando impotente por personas que no conocía, por un país que no me importaba. Recuerdo que pensé en que justo 6 meses y un día antes yo estaba en esa azotea, sintiendome parte de algo grande, viendo Nueva York y el mundo desde otra perspectiva, desde la perspectiva que dan 113 pisos de altura en uno de los edificios más representativos de la era moderna y de nuestro mundo occidental, moderno y consumista.

Pensé en lo que se nos venía encima, en la 3ª guerra mundial, en este mundo de locos en el que vivimos… Recuerdo la sensación de angustia, impotencia y dolor que sentí aquella tarde, al día siguiente, durante toda la semana, que volví a sentir multiplicado por 2 durante nuestro 11-M, y que aún siento cada aniversario de ambos sucesos.

Pero en realidad, no hace falta que ocurran estas grandes catastrofes para darnos cuenta de que nuestro mundo se desmorona. Ya no a nivel mundial, sino también a nivel individual…. Solo hay que leer la prensa cada día, seguir los informativos cada día, o ver los programas del corazón o los realiti chou para darnos cuenta que este planeta se deshumaniza cada vez más, lo destruimos cada vez más, sin retorno, no hay vuelta atrás.

Y aún asi, debemos vivir cada día con la alegría y la ilusión de que tenemos todavía toda una vida por delante, en la que se puede disfrutar de muchas pequeñas cosas, que desgracias como las descritas hacen que todavía se nos tornen más valiosas, y les demos la importancia que tienen y las pongamos en el lugar de nuestras prioridades que se merecen. Porque cada día es el primero de una nueva vida, porque cada día puede ser el último de nuestra vida… No merece la pena preocuparse por los problemas cotidianos, todo se puede relativizar en función de desgracias más grandes, más colectivas… Eso sí, nuestras alegrías individuales deben ser las más grandes, las más disfrutadas y compartidas… Porque como dice el anuncio… Nosotros lo valemos.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario