Ideas Inconexas

Hay días en los que tomar una decisión intrascente hace que nos ocurran cosas totalmente sorprendentes… Algo así fue lo que me sucedió anoche. Mensajes que te descolocan, por mucho que haya gente que diga: "ya te lo advertí…" Hay cosas, que aunque obvias, nunca esperas que de verdad ocurran. En realidad no voy a contar lo que sucedió, ya bastante incomoda me sentí en ese momento, no me apetece recordarlo en estas líneas.
Sólo contaros que no me ha costado nada, nada, acostumbrarme de nuevo a los fines de semana festivos. Aunque cuando veo clientes de la cafetería de esos que te caen especialmente bien, sea allí (que alguna vez voy como clienta) sea en otros bares o lugares, me entra el gusanillo de volver. 
 
Con el hecho de ser camarera siempre he tenido una relación amor-odio. Me siento camarera, aún a pesar de no haber ejercido como tal de forma habitual. Con de forma habitual me refiero a que nunca ha sido mi sustento principal, mi trabajo de lunes a viernes. Siempre han sido trabajos secundarios, más o menos esporádicos, por el hecho de pasármelo bien y ganar dinero extra. Por otro lado está la sensación de poder. Si, porque el ser camarera te da un halo, a veces bueno, a veces no tan bueno. La gente se fija en ti, eres un punto de atención detrás de la barra, esa es la sensación de poder. Se conoce gente que estando fuera de la barra seguramente no conocerías. Se liga mucho siendo camarera, no es un tópico. Eso sí, la parte mala es que no siempre ligas con quien tú quieres. Bueno, eso más  bien casi nunca.
 
Cuando llevo mucho tiempo seguido trabajando en ello me quemo. Te cansas de la gente, de que todavía haya señores y señoras (ellas menos) que por el hecho de que estés detrás de una barra consideren que estás para servirlos (con la consiguiente relación de superioridad-ellos, inferioridad-tu, que se genera) en lo que les apetezca, y no sólo para atenderles (que no servirles…) en la bebida y la comida, que es en lo que realmente consiste el trabajo. Además, hay que ser un poco psicólogo, tener mucho tacto con según que gente, y como en todos los trabajos de atención al cliente, poner buena cara, aunque por dentro estés muriendo.
 
A pesar de todo, es un trabajo agradecido, con el que disfrutas mucho sólo teniendo un poco de paciencia cuando las cosas parecen no ir bien.
Mi frase secreta para no stressarme demasiado…. "Uno detrás de otro" o "Tranquila, en un rato esto ha pasado y te vas a casa" Y es que hay veces, cuando te agobias por la cantidad de trabajo, porque todos quieren ser atendidos a la vez y no llegas a todo, que parece que el mundo se acaba alli y ese infierno va a durar para siempre. Y no, todo llega y todo pasa, y lo mismo que en un bar, un restaurante, una tienda o cualquier trabajo de servicio público, en la vida pasa igual. Hay rachas buenas, mejores, malas y peores. Pero todo llega y todo se pasa.
En resumen, cuando trabajo como camarera mucho tiempo seguido me agobio, me canso y lo dejo. Pero cuando llevo un tiempo sin serlo… lo echo de menos.
 
Por otra parte, el retomar los estudios me está costando trabajo. Nunca he tenido la virtud de la constancia, y siempre me ha fallado la fuerza de voluntad. En vista de eso, esta semana me he apuntado a una academia, que me dijeron que preparan bien. Pero después de asistir a la primera clase… no sé si tendré que probar en la otra opción que hay en Huesca, o me plantearé el bajar a Zgz. Mi antigua profesora era muy buena, con clases dinámicas y machaconas, que a mi me venían de cine para aprender. Y el nuevo profesor es todo lo contrario. Insulso, aburrido y con un método que a mi no me sirve. Simplemente lee por encima lo que viene en el libro (no usa la ley, que por mi experiencia en esto de las oposiciones, es bastante básico) y luego simplemente da las respuestas a los test. Eso sí, al menos va preguntando de vez en cuando si tenemos dudas, y en lo que puede, las resuelve. Pero… ¿como se tienen dudas en algo en lo que apenas se profundiza y mucho menos se entiende? En fin, a ver que tal van el resto de clases del mes, y para el nuevo año tendré que tomar una decisión.
 
Y para terminar, una reflexión acerca de una noticia que ha saltado esta semana en lo medios. Los adolescentes de hoy leen más bien poco, por no decir nada, y en la mayoría de los casos, no comprenden lo que leen. Que triste, no? A mi me lo parece, a lo mejor porque mi infancia transcurrió entre libros. Siempre he leido bastante, aunque sólo fueran novelas. Pero creo que la base para aprender cualquier materia, casi cualquier cosa, es tener una buena comprensión lectora, y encima, te enseña a expresarte correctamente y te evita las faltas de ortografía. Aunque en la era internet y los sms de móvil parezca que lo permitan todo. Eso también me parece tristísimo. Algo falla en la educación de las nuevas generaciones, todo el mundo está de acuerdo. Hemos llegado a un punto en el que el círculo vicioso de nuestra sociedad de consumo se ha convertido en el eterno pez que se muerde la cola. Y creo que nos va a resultar muy complicado salir de allí. Escuchas a mucha gente todavía joven decir que no van a tener hijos, total, el mundo, nuestro mundo, se acaba. Lo estamos matando con el cambio climático, las nuevas guerras químicas, el terrorismo, y sobre todo, con la falta de tiempo y atención a las nuevas generaciones, a su educación y a su desarrollo como personas que puedan, quizá, darle un giro al rumbo que ha tomado este planeta de locos.
 
Asi que…. Carpe Diem, aprovechemos lo que nos queda de vida, disfrutando los buenos momentos, y procurando ser mejores personas con lo que nos rodea y los que tenemos alrededor. Total…
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Ideas Inconexas

  1. xises dijo:

    Hola brujita te queria invitar a dreams factory, un espacio para contar tus sueños tus ilusiones e inquietudes, encontraras el link en mi espacio, te espero en la fabrica de sueños.
    un beso.

Deja un comentario