Una historia cualquiera (II)

Una historia cualquiera (I)

Pepe notó como María y su sobrino intercambiaban miradas. Se dió cuenta de que entre ellos habia… ¿como lo llamaban los jovenes? ¿feeling? ¿quimica? Para él no necesitaba una palabra que lo definiera. Sentía el amor, o el inicio de algo bonito, en el aire. Miró un instante a ambos y decidió intervenir.

– María, ¿puedo presentarte a mi sobrino? – Lo soltó tan de repente y sin venir a cuento, que ambos jóvenes se quedaron pálidos un instante antes de pasar al rojo más absoluto.

Los presentó, "María, Javi, Javi, María" ambos se dieron los dos besos de cortesía, y cuando Javi comenzó a preguntarle a María si era de Madrid, que hacía por el barrio y todas esas preguntas que se hacen cuando tienes interés por la otra persona y hay que romper el hielo, Pepe se escabulló a la cocina a ver como iban las tortillas que vendería a lo largo de la mañana.

Tras cinco minutos de charla, María comunicó que tenía que ir al trabajo, que ya llegaba tarde. Javi le había contado que ese día tenía que hacer unas gestiones por la zona, y había entrado a saludar a su querido tío, y que tenía pensado comer luego con él en la cafetería. Le preguntó a María donde comía ella habitualmente, y si le importaba pasar por ahí a tomarse el café después de comer, antes de volver al trabajo.

– Hago jornada continua- dijo María. – Como algo en la oficina, así que si todavía estas aqui sobre las 4 de la tarde, me paso a tomar ese café con vosotros.

María fue consciente de su atrevimiento, de que estaba poniendo sus cartas boca arriba sobre la mesa, pero no le importó. Despues de muchos meses, había vuelto a sentir de nuevo mariposas en el corazón, tras sólo cinco minutos de conversación con ese chico amable, que hacía que su cabeza dejará de pensar cada vez que esos ojos negros la atravesaban. Nunca había creído en el amor a primera vista, aunque sí en la atracción física inmediata por alguien, a pesar de no haber sido nunca tan intensa como lo estaba sintiendo en ese momento con Javi. Decidió que por una vez, había que arriesgar, no dejar pasar el tren como había hecho otras veces.

Sin ella saberlo, los pensamientos de Javi eran parecidos. Desde que la había visto en la calle sabía que tenía que hablar con ella, conocerlo todo sobre ella, el por qué de esa mirada resuelta pero triste que le dirigió antes de entrar en la cafetería de su tío.

Javi se tenía por un chico normal, con más que menos suerte en la vida, un trabajo que le gustaba, amigos desde la infancia que había ido ampliando a medida que crecía, y alguna que otra novia en su pasado. Pero desde hacía un tiempo su corazón no latía por nadie, y sentía cierta añoranza de tiempos pasados en los que las mariposas hacían de las suyas de vez en cuando. Al ver a María sintió un aleteo, leve, pero suficiente como para que se le despertara el interés por la caza y por ella.

Por eso cuando ella dijo que iría a tomar un café, se sintió feliz. Si, esa era la palabra. FELIZ. Al menos, tenía la oportunidad de retomar esa conversación que dejaban a medias, de comprobar si las mariposas despertaban o volvían a dormir en su interior…

Se despidieron nuevamente con dos besos, y la promesa del café en unas pocas horas…

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4 respuestas a Una historia cualquiera (II)

  1. Luyche dijo:

    Que bonito comienzo.Sabes?, parece que estaba leyendo sobre mi sobrino y su novia María.Un besin, vecina

  2. Merce dijo:

    esto me suena, no lo habías empezado hace tiempo???en todo caso espero la siguiente partebesitos

  3. Bruja dijo:

    Si, Merce, la primera parte la escribi hace muchos meses… os he dejado el enlace arriba para refrescar…Luyche, este no es el comienzo, sino la continuación de la primera parte. Puedes leer la primera pulsando en el enlace.Todavía no se si continuará, probablemente, dentro de otros pocos meses… jejejeje.Besitos.

  4. Sinuhé dijo:

    Chan, chan, channnnn,,, ¡¡Como que dentro de unos meses¡¡???? Eso no se hace, ya te estas poniendo las pilas para darnos otro capítulo prontito. Que no nos puedes dejar aquí con la curiosidad¡¡ jejejeAle, a escribir se ha dicho¡¡ Un besoteee

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